FRATERNIDAD... ES
en este sitio, "FRATERNIDAD... ES" nos proponemos dedicar un espacio para dar a conocer las espectativas y las actividades de las FRATERNIDADES MARISTAS DEL MOVIMIENTO CHAMPAGNAT DE FAMILIIA MARISTA, es un sitio abierto a todas las fraternidades maristas
miércoles, 29 de junio de 2011
Nuevo secretariado general entró en funciones
Hemos podido traducir en nuestro encuentro la afirmación de En torno a la misma mesa: “No sólo hay lugar para unos y otros en la mesa, sino que nos necesitamos mutuamente al lado”. En momentos intensos de reflexión han surgido con fuerza ecos del proceso de estos años en el Instituto: nuestro futuro marista es un futuro de comunión, hermanos y laicos podemos contribuir al nacimiento de una nueva época para el carisma marista, de esta nueva relación puede surgir con más fuerza la identidad laical y la identidad de hermano, el carisma marista es un don que compartimos con toda la Iglesia, la atención preferente a los niños y jóvenes pobres proyecta nuestra pasión misionera…
Nuestra agenda estuvo muy marcada por la revisión del Plan de acción para el trienio. Reelaboramos dicho Plan, señalamos las urgencias, precisamos las líneas de acción, reflexionamos sobre las implicaciones para cada miembro del Secretariado, revisamos el calendario. Dos de los encuentros programados en el Plan nos pidieron más atención. El primero es el encuentro por Regiones de los equipos o comisiones de animación laical, o mejor, de la nueva relación hermanos- laicos. Tendrán lugar en Curitiba, Guatemala, El Escorial, en este año 2011, y en Asia y Australia en los inicios del 2012. El segundo quiere ser un momento de reflexión seria sobre la vocación laical marista, a nivel de todo el Instituto. Este último está programado para octubre del 2012.
Al ser el primer encuentro con los nuevos miembros del Secretariado hizo que la agenda fuese intensa. Recordamos el horizonte de nuestro Secretariado que proviene de nuestro Capítulo general, hablamos de la actualización del Movimiento Champagnat, de los procesos de formación conjunta, de una mejor articulación del laicado, de itinerarios de conversión tanto para hermanos como para laicos. Visualizamos las regiones más necesitadas del Instituto. Percibimos los ritmos diversos del movimiento laical tanto en provincias como en regiones. Soñamos con apoyar todo brote de vida marista y de novedad carismática que surja en nuestras regiones.
Dedicamos toda una tarde a dialogar sobre las comunidades mixtas. La presencia del hermano André, de la comunidad de Mulhouse; de Arturo, con su experiencia de Bolivia y de La Oliva; de Gianluca y Rosa, de la comunidad de Giugliano, y de Annie y el hermano Diogène, de la comunidad del Hermitage, hicieron que nuestro intercambio resultase rico e inspirador.
El murmullo del río, el verdor del valle nos supo a fecundidad, a vida ofrecida. Tener presente las bellas experiencias de vitalidad esparcidas en la geografía del Instituto, compartir con los grupos de Manziana y El Escorial, representando una gran diversidad de provincias y de culturas, apreciar los detalles de acogida de la comunidad del Hermitage, celebrar el día de san Marcelino, todo ello fue armonía de orfeón que se unió al rumor del Gier y nos hizo recordar lo que expresaba Juan Bautista, “el vallecito del Hermitage es un lugar pintoresco y de lo más ameno, sobre todo en primavera”. Los días en el Hermitage, a pesar de la lluvia, han tenido un tono primaveral. Para los miembros del Secretariado ampliado de laicos han sido días de comunión, de esperanza, de futuro, de novedad.
domingo, 5 de junio de 2011
PARA RECORDAR EN LA FIESTA DE MARCELINO
Marcelino Champagnat fue un cura francés nacido el mismo año en que empezó la Revolución Francesa, que de niño abandonó la escuela al ver como el profesor golpeaba a un compañerito… no sólo le dio miedo, sino indignación, y decidió no volver más a ese plantel, aunque esto le costaba abandonar una supuesta formación y le obligaba a regresar a las tareas más dificiles y pesadas en el campo. Cuando fue jovencito fue invitado a entrar al seminario pero le costó muchísimo trabajo aprender por los métodos convencionales.
Ya en el seminario él y algunos de sus amigos concibieron el proyecto de formar una congregación de sacerdotes, monjas y seglares dedicados a honrar a María, ahí le nació el proyecto de crear una congregación o instituto de hermanos educadores.
Una vez ordenado sacerdote fue asignado a una parroquia en un pueblito rural lleno de carencias, donde confirma la necesidad de formar una comunidad de “hermanitos” (petit freres) consagrados a María y cuya misión específica fuera dedicar su vida a los niños y jóvenes, enseñándoles a leer y escribir con métodos sencillos y proporcionándoles una instrucción cívica y cristiana elemental, en un ambiente familiar, como el formado por Jesús José y María en Nazareth. Cien años antes De LaSalle había formado una congregación pero que sólo atendían colegios en las grandes ciudades... muchos otros contemporaneos también formaron o intentaron formar comunidades religiosas de educadores, como el caso del P Cheminad, quizá llegó a ser una moda en ese tiempo. Para Marcelino no se trataba de una opción, sino la única opción para poder hacer algo por los chamacos de su pequeña parroquia, y con los escasos recursos con los que se contaba.
Marcelino se dio a la tarea de reunir jóvenes y prepararlos como instructores, que enseñaran a leer y escribir con un método fácil y un sencillísimo modelo de escuela, los enviaba a establecerse en un lugar, instalando una escuela, de dos en dos o tres en tres a las comunidades rurales. Muy pronto proliferaron decenas de escuelas rurales de este tipo: ese era el mejor medio para subsanar la falta de amor en los hogares y erradicar así el alcoholismo, la violencia y los vicios entre los jóvenes. La mejor manera para formar a estos jovenes y rupestres educadores, era hacerlos sentir que formaban una gran familia en torno a María. En un principio no les pedía votos religiosos, sino un compromiso firmado... así se formó un gran espíritu de familia que perdura en los colegios hasta nuestros días.
El cura Champagnat tuvo grandes dificultades: por la envidia que suscitó entre la misma diócesis, por los problemas para el reconocimiento de estudios y sus métodos de aprendizaje por parte de las autoridades escolares, por las carencias económicas y por su afán de apoyar a la Sociedad de María que habían fundado sus compañeros de seminario.
Construyó una casa general para su naciente congregación: El Hermitage. Siempre en sus dificultades pidió y recibió el auxilio de María. Consolidó su instituto antes de morir y antes de que se pudiera cristalizar el gran proyecto de la Sociedad de María que habían soñado sus compañeros del seminario.
Murió, el 6 de junio de 1840. Se habían fundado 53 establecimientos escolares, de las cuales se habían cerrado 5. 180 Hermanos daban educación a 7 000 alumnos aproximadamente
CADA QUIEN SU SANTO?, O UN SANTO PARA CADA QUIEN...
¿Qué nos dice Marcelino hoy en el siglo XXI?
Marcelino es un ejemplo y guía para los PADRES DE FAMILIA DE HOY.-
Marcelino es un ejemplo y guía para los SACERDOTES de hoy
Marcelino es un guia para los PROFESORES DE HOY
No solo propuso ideas, sino que exigió la aplicación de métodos de simplificación para la enseñanza en los que se toma en cuenta las diferencias individuales y los aspectos prácticos y viviencias enfocadas a alejar a los jóvenes del alcohol y la vagancia.
“No lo podemos conseguir sin ser pedagogos, sin vivir con los niños, sin que ellos están mucho tiempo con nosotros". Su aportación pedagógica y educativa se cifra en la visión religiosa de la vida y de las personas, en un profundo sentido común, en la capacidad práctica para afrontar las diversas situaciones que se plantean, en la “pedagogía de la presencia” como la mejor forma de prevención. En resumen "Buenos cristianos y virtuosos ciudadanos"
Marcelino es un ejemplo para los ESTUDIANTES
Marcelino es un ejemplo para RELIGIOSOS RELIGIOSAS Y LAICOS COMPROMETIDOS
Un ejemplo para todos los HOMBRES DE BUENA FE QUE LUCHAN POR GRANDES IDEALES
Como homenaje en su dia, conozcámoslo, imitémoslo y digamos con él: TODO A JESUS POR MARIA, TODO A MARIA PARA JESUS.
CONVIVENCIA 4 DE JUNIO, CELEBRANDO LA FIESTA DE MARCELINO
Saludos cordiales y muchas felicidades, hoy 6 DE JUNIO, dia MARISTA. Que la intercesiòn de San Marclino ante el Señor nos ayude a amar más a nuestro Buen Padre Dios, y a la Buena Madre Marìa Santìsima, traducido en servicio, atención, respeto y dialogo con todos aquellos que nos rodean.
El sàbado 4 nos reunimos en Tlalpan, en la Quinta Soledad, para llevar a cabo nuesra reunión semestral y a la vez conmemorar por anticipado el dìa 6 de Junio.
Asistieron 30 personas y la pasamos muy a gusto, primero en la Capilla chica donde unidos en oración celebramos la Eucaristía y pedimos por diversas inenciones,
y por la recuperación de la salud de Roberto Valle, internado en un Hospital de Los Angeles, Cal.
Luego pasamos al desayunador donde nos sirvieron rica fruta y jugo, cereales, huevos revueltos y frijoles, y unos riquìsimos chilaquiles, con pan dulce Mexicano y cafe con leche.... ¿No se les antojó a todos?
Bueno a los que asistimos nos supo delicioso.
Acto seguido regresamos a la Capilla y ahí seguimos la siguiente Agenda:
1. Lectura de la Epìstola de San Pablo a los Romanos 12,9-21
2. Carta del Hno.Emili Turu, con motivo de la fiesta de San Marcelino Champagnat
3. Presentación de los repesentantes de las Fratenidades Juan Pablo II, del Instituto Mèxico y la de Basilio Rueda del Colegio México
4. Invitaciòn a la Convenciòn Nacional de Fraternidades Maristas, que próximamente se llevarà a cabo en la Ciudad de Mérida del Viernes 28 al domingo 30 de Octubre en el Hotel Reef Yucatàn ( que se encuentra a 30 mins. de Mèrida en Puerto de Telchac, a la orilla del mar.
El costo en habitaciòn doble, por persona es de sòlo $2,800 ( o en habitaciòn sencilla $3000) incluye hospedaje, alimentos, propinas, impuestos INSCRIPCIÒN AL ENCUENTRO NACIONAL, y material del encuentro, asì como transportaciòn de ida y vuelta de Mèrida a Pto. Telchac.
Propiamente el gasto fuerte es el aviòn de Mèxico a Mèrida.
Aquellos interesados pueden hacerlo directamente con la Fraternidad Ntra.Sral de Izamal de Mérida
correo electrònico familiamaristayucatan@hotmail.com
Este será el XVII Encuentro Nacional para las 18 o 19 Fraternidades Maristas de Mèxico.
5. El Hno. Enrique Ruiz nos informó sobre la próxima reunión de SOLIDARIDAD, el movimiento marista de jóvenes por el servicio y otros más, que se reúnen en proximos días para compartir experiencias. Ver la liga http://www.solidaridad.maristas.edu.mx
6. IGUALMENTE, Marìa Elena Garcìa, esposa de MANOLO GONZÀLEZ (El borreguito o La Concha)quiere hacerle una comida "sorpesa" a Manolo con motivo de sus 80 años de nacimiento. Manolo, ha estado en silla de ruedas have ya varios años y aunque su estado de salud no es de gravedad, si inmovilidad no le permite valerse por sì mismo. Asì, pidió que por mail, confirmen quienes podrìan asisitr a la comida en su honor, que se llevarà a cabo el 7 ó el 9 de Julio, próximo en su casa, allà en Paseo de la Herradura (Parque de Mayorca no. 37) Ojala que quienes lo conocieron pudieran ir a saludarlo y felicitarlo ese dìa ( por confirmar) sobre todo los de la ciudad de Mèxico
Tel de Ma.Elena 5291 6488 o correo gogm_e@yahoo.com.mx
7. Algunos solicitaron que se actualizara el directorio, y que se diera más promoción de manera personalizada a alguna pagina oficial, para tener màs comunicación con eventos Maristas.
a) Desde luego nuestra comunicación de correo semanal Rmanero@aol.com
b) http://www.fraternidadbasilio.blogspot.com/
es la página oficial de nuestra fraternidad
c) http://www.facebook.com/profile.php?id=100001922693417
es la página oficial de fraternidades maristas
d) http://www.champagnat.org/es/index.php
Es pagina oficial de los hermanos, tiene cantidad de noticias del Insituto, hermanos, laicos etc...
SE INVITA A LOS QUE DESEAN ASISTIR a alguna sesiòn de los grupos de Fraternidades del D.F. que se reunen en el Instituo o en el Colegio Mexico con las siguientes fehcas
a) Fraternidad Juan Pablo II (Instituto México)
en Amores 1317 en la colonia del Valle, entrando por el estacionamiento de Michel Laurent
cada 15 dìas los mièrcoles a las 19 hrs. ( La pròxima reuniòn es el 15 de Junio)
b) Fraternidad Basilio Rueda (Colegio México)
en Mèrida 50 en la Colonia Roma, estacionamiento por Durango
cada mes los primeros jueves de cada mes, a las 19 hroras.
Generalmente se tiene una para Liturgia seguida de algùn estudio sobre espiritualidad Marista, Todo acompañado con cafecito, refrescos y galletas que los Hermanos gentilmente nos obsequian
Las proximas fraternidades deberán formarse en los rumbos de Naucalpan y Tlalpan
lunes, 6 de diciembre de 2010
CONVIVENCIA REALIZADA, una nueva perspectiva para la comunidad de familia marista
Nos habló sobre el Capítulo XXI General, y el presente y futuro de la Congregación.
Nos habló de la identidad del Laico Marista, la importancia de la vida espiritual, la misión que todos, Hermanos y antiguos Hermanos tenemos.
2) Tenemos diversidad de apostolados, pero en todas partes donde los ejercemos lo hacemos "a lo Marista"
3) La devoción a María y al Padre Champagnat nos animan
4) Hemos experimentado en medio de nuestras carencias y problemas cotidianos, la existencia de Un Cristo Real que nos acompaña, nos lleva de la mano, nos inspira a través del Espíritu Santo en la vida. Tenemos que saber "escucharlo". Así vamos haciendo nuestra historia.la historia que el Señor quiere.
5) Nos sentimos ahora como UNA FAMILIA, y nuestra intención es formar grupos de fraternidades, en los lugares donde estamos, para continuar creciendo en espiritualidad, fraternidad, y apostolado seglar.
Muy interesantes resultaron las dinámicas y sus conclusiones, y agradecemos al Hno. Jorge el habernos visitado. Dios lo bendiga también en su labor como encargado de los Laicos Maristas, y le estaremos dando lata para continuar con nuestra misión
FRATERNIDADES EN EL MUNDO MARISTA
(CANTIDADES APROXIMADAS)
CANADA Y USA 12 FRATERNIDADES
MÉXICO 18 FRATERNIDADES
AMERICA CENTRAL 23 FRATERNIDADES
SUDAMÉRICA 42 FRATERNIDADES
BRASIL 36 FRATERNIDADES
AFRICA 5 FRATERNIDADES
ASIA 4 FRATERNIDADES
EUROPA 65 FRATERNIDADES
MEDITERRANEO 30 FRATERNIDADES
IBERIA 10 FRATERNIDADES
BUENO EN TOTAL SE CONSIDERAN 260 FRATERNIDADES CON 2800 MIEMBROS
Países donde está implantado el MCHFM:
Canadá, México, Haití, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Puerto Rico, Cuba, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Bolivia, Brasil, Argentina, España, Italia, Francia, Grecia, Bélgica, Alemania, Siria, Tanzania, Madagascar, Singapur y Filipinas. En total, TOTAL: 26 países.
Para cerrar con broche de oro, se llevó a cabo la toma de la FOTO oficial, y como colofón una plattica del SEÑOR CONTADOR JOSE SOSA, marista de corazón, exalumno del Queretano, sobre la historia del Molino.
Pero faltaba todavía un detalle más, regresar en peregrinación la visita a la Virgen del Pueblito y su santuario, participando en la Eucaristía en el Convento Franciscano del lugar. Ofició la misa el Rdo OCTAVIO LUNA ALVAREZ, doctor en teología, y superior del convento, él fue el que nos concedió la salida de la Virgen Peregrina a nuestra Capiila en San Javier, algo que difícilmente se concede, y después la comida en la huerta del noviciado de los Franciscanos.
domingo, 5 de septiembre de 2010
¿QUE SUCEDE CON LOS HERMANOS RETIRADOS?
Hermanos Maristas retirados y su vocación laica
Pertenezco desde hace varios años a diversos grupos de encuentro formados por compañeros que algún día vivimos en las casas de formación, vestimos los hábitos o incluso profesamos como maristas y que nos retiramos en su oportunidad y que tenemos, a pesar de que en su mayoría hemos creado nuestro propio estilo de vida, sea en la formación de una nueva familia, en la vida sacerdotal o en el celibato (o soltería empedernida), una serie de rasgos que nos hermanan y nos ligan a ese maravilloso estilo de Marcelino, que finalmente lleva al seguimiento de Cristo.
Como el grano de trigo que al morir da mil frutos, la semilla depositada en aquellos entusiastas corazones, que un día abrazaron la vida religiosa y vieron truncados sus anhelos de servicio dentro del Instituto Marista, en la mayoría de los casos ha florecido y ha dado el ciento por uno en el derrotero de la vida que el Señor les tenía destinada a cada cual.
Asistimos así a un verdadero fenómeno eclesial, y a un verdadero misterio de la propagación del Evangelio a través de estructuras a veces muy difíciles de identificar. Es un hecho que al abandonar la estructura de la comunidad marista, el mensaje del Evangelio, y en particular la interpretación marista, hecha por Marcelino, han llegado por este proceso a muy diversos ambientes y han impregnado de su esencia los más increíbles ámbitos.
Se distinguen varios fenómenos dignos de analizar y de redimir. Estoy convencido de la importancia que tiene el cúmulo de experiencias y sobre todo de vivencias que atesora cada una de las historias personales de todos nosotros, los “ex frailes” (jamás ex maristas), y más aún, estoy plenamente seguro de que todavía no se ha podido identificar y aprovechar el potencial y la riqueza de toda esa actividad realizada por los hermanos y compañeros retirados y que verdaderamente han encontrado su verdadera vocación cristiana fuera del Instituto, y que habría resultado imposible sin esos años de juventud en los que se forjaron los valores, se establecieron los ideales y se marcaron con tinta indeleble en nuestro corazón los colores de la fraternidad marista; auténtica vocación seglar que también se podría haber perdido, quedando dentro de una estructura que no nos correspondía.
En las presentes líneas me permito hacer un análisis de estos fenómenos.
Descubro en primer lugar muy diversas actitudes entre los que salimos del Instituto. Es necesario e indispensable asumir estas diferencias, para poder construir y avanzar como una comunidad nueva en busca de la Voluntad de Dios.
En particular, para los que deseamos fortalecer y reivindicar este grupo y convertirlo en un auténtico movimiento de servicio a la Iglesia, es fundamental aceptar en toda su plenitud a todos y cada uno de los compañeros y entender que su motivación personal es válida y respetable y que el único camino para unirnos, es aceptándonos en las condiciones actuales, mirando hacia el futuro y sin cortapisas.
El grupo de los que no quieren saber nada
En un primer grupo hay muchos que dicen abiertamente no querer saber nada más en su vida de todo aquello que tenga que ver con la vida religiosa marista…
No debemos juzgar a estos compañeros que han atravesado profundas crisis, sólo ellos conocen en el fondo de su corazón el verdadero significado de su propia experiencia y si hoy no quieren saber nada del mundo marista es no solo por una razón válida, sino por una convicción personal.
El grupo de los indiferentes
Otro grupo es el de los escépticos, si bien aceptan la posibilidad de una sana convivencia en el presente, se rehúsan a creer que pueda ser posible una actividad que realmente valga la pena más allá del reencuentro superficial con los viejos camaradas.
El grupo de los reconciliados con la amistad
Una tercera actitud está en la mayoría de nosotros y tiene que ver con la aceptación gustosa de todo aquello que tenga que ver con los aspectos emotivos, las remembranzas de anécdotas, el reencuentro con los viejos amigos, la camaradería y el hallazgo de gente que compartió y que entiende una parte de la historia de nuestra vida, y si aceptan compartir es por el gusto de recordar y de revivir agradables aspectos del pasado, en ocasiones quieren reafirmar su imagen, o incluso restablecer antiguas amistades y buscan tener oportunidad de orar y de sentir la presencia de Dios. Viven intensamente los momentos de las convivencias como un oasis, donde la fantasía del recuerdo se vuelve realidad, y por un momento, el pasado vuelve a cobrar vida y color, la sangre circula por las venas y en esas viejas amistades profundas e imperecederas, ven el reflejo de un pasado lleno de luz, llenan su corazón de entusiasmo y juventud, ”se recargan las pilas”
Desean saber noticias de los amigos o de los hermanos y de las nuevas obras, tanto de los hermanos como de los compañeros, para estar enterados, para sentirse actualizados,
Entre los pertenecientes a estos grupos, no se perdona la foto del recuerdo, el brindis, algún discurso elocuente y el canto de la salve. En todos estos signos se materializa y se reaviva ese aspecto emotivo, vivificante que “vuelve a llenar el tanque de gasolina” y que motiva a seguir adelante.
Otra forma de clasificación
Antes de proseguir debe acotarse tres grandes grupos o categorías que se empalman con las actitudes anteriores:
- aquellos compañeros que tarde que temprano fueron a parar sirviendo en los colegios maristas
- los que definitivamente cortaron el cordón umbilical y se decidieron a emprender nuevas rutas en busca de nuevos derroteros…totalmente al margen del sistema educativo marista, sea trabajando en otros colegios, fundando sus propios colegios o bien
- incursionando en otro tipo de actividades profesionales
También encontramos casos de presbíteros y diáconos, consagrados antes a la vida religiosa y que ahora abrazan la función ministerial dentro de la Iglesia, encontramos que esta es una minoría.
El matrimonio cristiano es finalmente el estado de vida que normalmente todos abrazamos. La realidad de la elección y el encuentro con la compañera de nuestra vida, la presencia de los hijos y las nuevas y maravillosas obligaciones de la paternidad, son experiencias que definitivamente todos encontramos de manera independiente y en un ambiente ajeno al Instituto. En muchos casos, la recepción del sacramento, nos marca definitivamente el nuevo derrotero y nos conduce directa y obligatoriamente a un nuevo estilo de vida como cristianos.
El aspecto positivo es que este cúmulo de experiencias, únicas y exclusivas de quienes aceptaron el reto de volver a iniciar con un nuevo estilo de vida, nos hace más fuertes y más sabios, más humildes y más respetuosos del esfuerzo de los demás; poca gente tiene la oportunidad de abrirse paso por sí mismo cuando se enfrenta en la madurez a un mundo nuevo. Lamentablemente, por otro lado hermanos hay que perseveran dentro de la duda que les quema la entrañas y que viven de manera mediocre un compromiso impuesto más por la conveniencia que por el aplomo y la confianza en Dios.
La diversidad en la unidad
Recordando la infinidad de historias personales entre toda esta comunidad de los que vivimos un día bajo el techo marista y que hoy nos unimos con el común denominador de ser “los que nos hemos retirado”, también encontramos una gran diversidad en el aspecto estrictamente histórico. No es lo mismo la experiencia religiosa que pudo tener un “junior” que permaneció sólo dos o tres años en la secundaria, a un hermano profeso que se retiró teniendo votos perpetuos… No pueden tener las mismas vivencias aquellos que tuvieron la experiencia de vivir en comunidades, al frente de un salón de clase, a los que sólo llegaron al postulantado o noviciado. No es lo mismo hablar con aquellos que vivieron su formación como religiosos en los años anteriores al concilio Vaticano II que los que la vivieron en los tiempos postconciliares o los que vivieron el antes y el después del Concilio. Los que llegaron a cursar incluso la carrera completa de Teología a los que toda su instrucción se basó en pláticas sobre la historia del Instituto y la vida de San Marcelino…
Sin embargo un fenómeno se da, sin lugar a dudas, y es que independientemente de la época, la instrucción, las vivencias o los formadores en turno: todos reconocemos una única raíz y una misma formación que tiene rasgos y características únicas y perfectamente identificables… la mayor de ellas es sin duda la fraternidad, una fraternidad que se finca sobre los principios de la unidad, la igualdad, la solidaridad, la modestia y la sencillez: por otra parte una disciplina sólida y un gran amor por el trabajo, la inclinación natural a ser buenos profesores, excelentes amigos y personas con iniciativa y responsabilidad. En el aspecto religioso, todos tenemos en común el seguimiento a las enseñanzas del Evangelio, donde Cristo ocupa el centro de nuestra fe, el amor a Nuestra Buena Madre, como modelo e intercesora y asumimos además veneración y respeto por nuestro Marcelino, la mayoría frecuentamos los sacramentos y cumplimos con nuestros deberes religiosos convencionales.
Todo lo anterior redunda para nosotros en aquella meta del fundador de formar “buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”, pero sobre todo nos permite con una extraordinaria facilidad sintonizar entre nosotros, armar equipos y trabajar unidos cuando se nos presentan objetivos claros que apunten hacia la construcción del Reino de Dios.
La quinta actitud
Es muy difícil definir en medio del sustrato de esas cuatro actitudes antes descritas, de la diversidad histórica y el amplio abanico de las actividades que hoy nos permiten sobrevivir, una realidad que se vuelve intangible en el momento de tratarla de atrapar y es la que se refiere a lo que yo llamo “la quinta actitud”… me refiero precisamente a todo ese deseo profundo de asumir la realidad actual y de redescubrir en ella, la presencia y la voluntad de Dios.
Lo maravilloso es que en esa actitud, en esta realidad, viven y están presentes todos esos compañeros que buscan como nosotros mismos en lo particular, referencias, para confirmar que el camino que hemos tomado es válido, que buscan la amistad profunda, que renuevan el compromiso cristiano y que siguen amando con toda lozanía y entereza, desde sus propias trincheras, el estilo de vida de Marcelino.
La quinta actitud es pues, seguir a Marcelino… y no porque se pudiera tener la ilusión de que nuestra vida actual tratara de interpretarse como una forma de vida religiosa… por el contrario, nuestra vida actual demuestra que la vida laica, totalmente inmersa en la cotidianeidad de la vida diaria, común y corriente, difícil de diferenciar de la de cualquier otro padre de familia, compañero de trabajo, vecino o conocido, puede llevarse a cabo sin perder los elementos básicos de la formación cristiana y que no dejan de asociarse al espíritu, la manera, el estilo y la forma de Champagnat.
Quiero hacer énfasis en diferenciar con toda claridad la enorme distancia entre la espiritualidad de San Marcelino y el quehacer de los hermanos maristas.
La espiritualidad de San Marcelino es universal, orientada fundamentalmente al servicio de la Iglesia y tiene por objeto seguir a Cristo bajo el modelo de María. Por otra parte, los hermanitos de María fueron fundados para desarrollar un trabajo específico, que es la educación cristiana (integral) de la juventud, formando para ello, una gran familia de hombres consagrados (bajo el esquema de los tres votos) y que viven en pequeñas comunidades de acuerdo a las necesidades del apostolado.
Por supuesto que los hermanos tienen entre su acervo más importante la esencia del espíritu que el padre Champagnat quiso infundir en la congregación que él fundó… sin embargo al analizar y desagregar los elementos que constituyen esa “espiritualidad”, tenemos que enfrentarnos con una realidad, en donde encontramos factores que no necesariamente tienen que estar asociados con la vida religiosa tal como la concebimos en nuestros días, y que pueden seguir perfectamente todos los laicos.
Elementos que a través de sus propias vivencias, esta generación de ex hermanos ha tenido que rescatar personalmente y hacer suyos para poder sobrevivir como cristianos…
Para Marcelino, y los hermanos de su tiempo, por supuesto que constituía una misma cosa, una sola entidad de vida y un compromiso único su trabajo su vida y su oración, donde la pobreza, el espíritu de servicio, el espíritu fraterno y la enseñanza de la religión y de las primeras letras cobraba una importancia tan real y definitiva, que constituía el sentido de su existencia…
El dia de hoy, vivimos un mundo disgregado, des agregado, disperso, donde por cinco minutos vivimos el papel de profesionistas, por cinco minutos el de esposos, por cinco el de padres de familia o de maestros, etcétera, en este panorama, todas estas piezas o elementos de la espiritualidad de Marcelino se convierten en herramientas que nos ayudan a darle coherencia a nuestra vida. Es necesario recuperar los valores esenciales, que permitan dar continuidad a nuestra propia existencia cotidiana adentro y afuera de la Congregación
No podemos dejar atrás esa formación marista, pero tampoco podemos aferrarnos a la condición de la estructura religiosa. Tampoco podemos ser “hermanos” por unos cuantos momentos, durante el tiempo que duran las reuniones o convivencias, o sólo cinco minutos al día si es que acostumbramos un rato de oración directa.
Al igual que la diáspora de los judíos alemanes en tiempo del nazismo, permitió el redescubrimiento de la identidad de los auténticos valores judíos en las nuevas comunidades formadas en el resto de Europa, en América y en todo el mundo, la tremenda exfoliación a la que dio origen el Concilio Eucuménico en el seno de la Iglesia Católica, la hégira de los claustros y conventos, ha provocado el replanteamiento de la vida cristiana laica.
La Iglesia de todo el mundo, y no puede ser la excepción, la Congregación Marista, ha vuelto los ojos a la función de los laicos, como la materia prima con la que se construye la Iglesia.
Hacia un nuevo concepto del laicado
La mayoría de nosotros conservamos un esquema en el que pensamos que los laicos son el selecto grupo de las amistades privadas de los presbíteros… y en el ambiente escolar de los colegios maristas, etiquetamos con las palabras de “seglares” a los profesores externos y a un selecto grupo de entre los padres de familia que se acercan a colaborar en algunas actividades de pastoral o de promoción escolar.
Al hablar de que la Iglesia necesita de los laicos, y que la Congregación promueve la acción de los laicos, asociamos automáticamente en nuestra imaginación a un grupo de personas que “ayuden” a los hermanos o al clero a realizar “sus” tareas específicas… Pensamos en el “club de los amigos de los frailes o los curas”… pero que no dejan de ser de segunda categoría frente a los ministros y los religiosos consagrados. Caricaturizamos a las “damas de la vela perpetua”, a los “caballerangos de colon” o a un grupo de catequistas a go go que cotorrean todos los sábados buscando novio…
Lo anterior provoca una división en el seno de la Iglesia. Una clasificación arbitraria que nada ayuda a construir el Reino, porque crea una distinción entre los que pertenecen al “club” y los cristianos de la tropa. Los que colaboran con las “sagradas” funciones de los consagrados y los que realizamos tareas ordinarias, que nada tienen que ver con la construcción del Reino. Es preciso cambiar esa actitud.
Si la Iglesia es la comunidad de todos los que han sido bautizados, debemos entender que la Iglesia es fundamentalmente laica… el clero y las comunidades religiosas no dejan por ningún momento de ser esencialmente laicos, su consagración y su modo de vida al servicio de la gran comunidad del pueblo de Dios, los coloca en un mayor nivel de compromiso de servicio, compromiso que nace de su conciencia de estar bautizados y de ser laicos… la estructura del clero y de las familias religiosas permiten una organización más eficaz y una representatividad ante la sociedad civil pero no pierden su calidad esencial siendo laicos.
Sólo por convención aceptamos el uso de la palabra “laico” o “seglar”, para diferenciar entre aquellos católicos destinados al ministerio o a la vida religiosa de servicio y los católicos que edifican estructuras sociales de justicia, unidad y armonía y amor en el mundo -comenzando por trabajar en la formación e integración de la familia- , al margen de la organización clerical.
Privilegio y compromiso
Por lo anterior, al abandonar la estructura de las familias religiosas, todos los ex frailes, pueden abrazar con plena libertad su carácter laical, nuestra formación nos coloca en un papel privilegiado y una responsabilidad social ineludible. Nuestro laicado, que brota de nuestro bautismo y de nuestra asidua vida sacramental, cobra una dimensión evidentemente profética al integrarse en las estructuras ordinarias de la comunidad seglar, gracias a los dones recibidos en nuestra formación.
Lo anterior nos obliga a replantear para la vida diaria en una estructura ajena a la comunidad religiosa marista, los elementos que dan vida a nuestro cristianismo, al estilo propio, es decir, al estilo que la formación que un día recibimos, nos induce a vivir en plenitud nuestro bautismo.
Seguir a Marcelino no puede dejar de ser prioritario en nuestra vida. Y es necesario retomar los aspectos que puedan constituir los puntales de esta nueva estructura de vida espiritual fuera de la organización marista. No se trata de apuntalar o reforzar las estructuras creadas por y para la institución marista… El Instituto tiene sus propios soportes sus propias metas y objetivos y hasta sus propias crisis y sus propios instrumentos para seguir y desarrollar el carisma a él encomendado y sus miembros deben ser respetados y apoyados pero nunca interceptados.
Los maristas retirados debemos apuntalar nuestro propio desarrollo, (sea en lo personal o en la identificación con cualquier tipo de grupo, movimiento o asociación), al margen de la gran institución religiosa marista.
Es importante resaltar que no se trata de crear una rivalidad sino de asumir una forma alternativa específica y motivada directamente con la inspiración del Espíritu Santo, que sopla donde quiere, directamente enfocada a nuestra propia condición de “retirados”, en el aquí y el ahora de lo que nos ha tocado vivir y de la enorme responsabilidad que tenemos en nuestras manos, originada en nuestra trayectoria personal. Dios nos ha colocado donde desea que demos fruto.
Nuestro estilo de vida corresponde a una enorme diversidad de acción, a una absoluta madurez en los propósitos y las metas, a una irrestricta independencia en los proyectos personales, pero a la vez establece una red espiritual más contundente y sólida que tiene por objeto seguir las enseñanzas de Marcelino aplicadas a nuestra vida diaria, y que se refleja en el encuentro y solidaridad con el compañero y el amigo que se encuentra en nuestras mismas condiciones. En eso consiste la esencia de ser Laico Marista, en aplicar la Caridad Cristiana, al estilo de Marcelino en proyectos concretos y específicos que pongan de manifiesto el Amor a Cristo, nuestra fé, y hagan presente la vida del mundo futuro, construyendo el Reino de Dios.
Por difícil que sea decirlo, todos aquellos hermanos retirados que continúan al servicio de la organización del Instituto Marista, o de cualquier instituto religioso, deben cobrar conciencia de su verdadera identidad como laicos, antes que maristas: en primer lugar cristianos comprometidos, sin olvidar su carácter de hombres libres.
Para muchos, que perseveran en las actividades pedagógicas o administrativas de algún plantel marista o no, debemos recordar que son servidores temporales, empleados, asalariados o patrones, sometidos a un contrato laboral que deben honrar como cualquier profesionista y frente a las instituciones, exigir sus derechos y cumplir sus obligaciones conforme a la ley. Esto se aplica a cualquier tipo de actividad profesional en cualquier ámbito. Y es precisamente el medio para que podamos desarrollarnos como personas y a través de nuestro trabajo colaborar en la construcción del Reino.
Bajo esta perspectiva, no debemos olvidar que mientras para un hermano (o religioso) lo fundamental es la vida comunitaria y las obras de su Instituto, para nosotros en nuestra vida actual, lo más importante es el bienestar de nuestra familia y los grandes proyectos que emanan de nuestra relación de pareja y de la educación y desarrollo de nuestros hijos en el marco de la función de la familia dentro de la Iglesia.
Obedecemos como cualquier otro cristiano directamente a la autoridad de nuestros señores obispos a través de las indicaciones de nuestro párroco… participamos en Iglesia y como tales, llevamos una actitud positiva frente a nuestras fuentes de trabajo, familias, proyectos y actividades apostólicas, en su caso.
No estamos solos
El grupo de los “hermanos retirados” aunque es de hecho un fenómeno muy especial, no representa por supuesto a la gran comunidad de fieles cristianos que han tomado a Marcelino como su guía espiritual. Miles de alumnos, padres de familia y profesores de los colegios, familiares y personas que accidentalmente han conocido la vida y obra de Champagnat han moldeado su vida bajo sus directrices sin necesidad de abrazar el hábito religioso.
Estimar que fuera del Instituto los hermanos retirados somos los únicos o los poseedores de toda la herencia de nuestro querido padre Marcelino, sería demasiado arrogante y limitativo.
Los mismos hermanos tienen entre sus consignas muy específicas el integrar a estas comunidades de fieles que desean como nosotros, preservar el espíritu del carisma de Marcelino y llevarlo hasta sus últimas consecuencias dentro de su vida laica. El Espíritu sopla donde quiere y en la actualidad encontramos en todo el mundo a cientos o miles de hombres y mujeres comprometidos con este estilo particular de vida.
Es el momento de integrarnos a este movimiento internacional y buscar los esquemas más adecuados para poder sumar fuerzas, poniendo a la disposición de los que ya han caminado en este sendero, todas nuestras energías. No podemos sentirnos aislados ni manejarnos por los atajos de las prerrogativas históricas que a veces parece que nos cautivan o que pretendieran ponernos en una condición especial. El hecho de haber tenido la oportunidad de beber directamente de la fuente, lejos de hacernos diferentes, nos compromete a asumir una gran responsabilidad frente a nuestros compañeros seglares seguidores de Marcelino.
Es precisamente por esto que hemos intentado iniciar este trabajo describiendo las diversas actitudes que polarizan y que dispersan nuestras voluntades y nuestras acciones… “yo soy del grupo de fulano” “yo pertenezco a la generación de zutano”, “yo soy del grupo que se reúne en tal o cual ciudad o tal y cual fecha”… basta ya de detenernos en la visión del árbol cuando podemos ver el enorme horizonte del bosque a nuestros pies.
La quinta actitud, ese deseo profundo de asumir la realidad actual y de redescubrir en ella, la presencia y la voluntad de Dios para los que deseamos fortalecer y reivindicar este grupo de hermanos retirados y convertirlo en un auténtico movimiento de servicio a la Iglesia, debe convertirse en una fraternidad real, abierta y dinámica
Esta fraternidad debe construir sus propios canales de comunicación, definir objetivos concretos, proponer métodos de trabajo y auto evaluación y por supuesto trabajar en proyectos específicos muy por encima de los intereses personales o los sueños de cada uno de nosotros. Debe partir de la convicción personal, del encuentro con Dios a través de nuestros viejos hermanos, de una vida sacramental en la que el matrimonio, la reconciliación y la eucaristía formen parte fundamental de nuestra vida diaria.
Lo anterior permitirá establecer una red espiritual más contundente y sólida y que tenga por objeto seguir las enseñanzas de Marcelino aplicadas a nuestra vida diaria.
LA FRATERNIDAD BASILIO RUEDA
Con ese propósito, empezó por invitar a todos sus amigos: exalumnos, padres de familia, profesores de los colegios, etcétara y por supuesto, dentro de este grupo estaban los viejos compañeros que un día habían pertenecido a la Congregación.
Este maravilloso grupo se integró de una manera casi "natural" bajo la potestad del carisma asumido por el hno Basilio, y se sentaron las bases para lograr un trabajo fructífero y actual, lleno de compromiso personal, de reencuentro con la vocaciòn personal y con el estilo Marista. Se trataba del Movimiento Champagnat de Familia Marista.
Después de que Basilio partió hacia el Padre, el grupo continuó trabajando, madurando y fortaleciéndose. Este grupo adoptó el nombre de "Fraternidad Basilio Rueda", y posteriormente, las reuniones en vez de ser en la Quinta Soledad, pasaron a realizarse en el Colegio Mèxico de Mèrida 50... así también se integró la Fraternidad Juan Pablo II, en el Instituto México.
Hoy, habiendo entrado al siblo XXI, después de que nuestro San Marecelino ha sido canonizado y en un contexto en el que la Iglesia se ha volcado hacia el trabajo de los laicos,
QUE SE PRETENDE HACER DENTRO DE ESTE MOVIMIENTO?
El Carisma de Marcelino Champagnat es Universal, y es preciso que llegue a todos cristianos. En sus orígenes fueron sus portadores unos jóvenes que fueron capacitados para ir a enseñar a otros jóvenes... Marcelino crea una estructura de FAMILIA para poder dar cohesión a su movimiento y a su ideal...; en la actualidad, se pretende nuevamente crear células desde donde pueda IRRADIARSE ese mismo carisma, y que funcione por medio de laicos que lleven a Champagnat a sus propias familias y a sus propios ambientes y espacios de trabajo, diversión y cultura.
¿QUE ES UNA FRATERNIDAD DE LAICOS MARISTAS?
En pleno siglo XXI, nuestra tendencia es a desaparecer las definiciones perfectas y definitivas, por eso, la importancia de los grupos denominados "fraternidades maristas" no está en su deficnición, sino en la VIVIENCIA que estos grupos son capaces de transmitir para quien se acerca a ellos.
Una identidad más clara para el laicado marista
La expresión “laico marista” o “seglar marista” es nueva en nuestro vocabulario, pero la realidad del laicado comprometido es algo que ha estado entre nosotros desde los tiempos del Padre Champagnat. Lamentablemente, nos ha costado bastante a todos reconocer el fenómeno. Lo mismo que le ha costado a
Dejadme que os cuente una historia. Edward Sorin era un sacerdote miembro de
Pero cierto día infausto, el 23 de abril de 1879 por la mañana, se desató allí un incendio devorador. En pocas horas el edificio principal de la universidad había quedado reducido a cenizas. En aquellos momentos muchos pensaron que las llamas habían consumido no sólo el trabajo material sino también el sueño de Sorin y sus cohermanos.
Pues no fue así. Después de inspeccionar las ruinas y de escuchar los sentimientos de la comunidad universitaria ante la devastación, el veterano sacerdote, de 65 años de edad, invitó a todos a entrar en la capilla, y allí les dirigió la palabra: “Cuando vine aquí, yo era un hombre joven que llegaba a esta tierra con el anhelo de edificar una gran universidad en honor de Nuestra Señora. Pero la hice demasiado pequeña, y Ella ha hecho que ardiera completamente para recordármelo. Así que mañana, en cuanto se hayan enfriado los ladrillos calcinados, la levantaremos de nuevo, más grande y más esplendorosa que nunca.”
¿Quién sino el Espíritu Santo podía ser el inspirador de aquellas palabras y de los hechos que siguieron? A la mañana siguiente, trescientos trabajadores se unieron a Sorin, y se afanaron dieciséis horas diarias, de tal manera que el edificio estaba enteramente reconstruido para la apertura del curso siguiente.
Si el Espíritu Santo se mostró activo en el campus de
¿Dónde estaba el laicado antes del Concilio?
Desde
El Vaticano II echó por tierra este modelo de los tres niveles. Los padres conciliares hicieron esta declaración sobre la vida consagrada: “Este estado, si se atiende a la constitución divina y jerárquica de
Mirando hacia atrás, nos damos cuenta de que, efectivamente, los que participaron en el Concilio afrontaron con decisión la tarea urgente y necesaria de redefinir el verdadero lugar del laicado dentro de la comunidad eclesial. En cambio, no fueron tan afortunados en sus esfuerzos por describir claramente la naturaleza y finalidad de la vida consagrada. El decreto Perfectae Caritatis, que nació de una manera difícil y complicada, se quedó muy corto a la hora de brindar a los religiosos el vigoroso empuje teológico que
Más recientemente, en la exhortación apostólica Vita Consecrata, Juan Pablo II manifestó que cada uno de los estados fundamentales que hay dentro de
Por su parte la vida religiosa, llamada a adoptar el propio estilo de vida de Jesús, tiene, en palabras del Papa, la responsabilidad de testimoniar la santidad del Pueblo de Dios. Ha de proclamar y, en cierto modo anticipar, una edad futura, en la cual el Reino de Dios llegará a su cumplimiento final. Es una expresión más completa de la misión de
Un momento definitorio
El Concilio Vaticano II fue, por tanto, un momento determinante para el laicado católico al igual que para la vida religiosa. La proclamación de la llamada universal a la santidad que resonó en la asamblea estaba dirigida tanto a unos como a otros Por fin había una declaración expresa de que todos los cristianos están bautizados para una misión: la de proclamar el Reino de Dios y su inmanencia. Como resultado de las decisiones tomadas en el Concilio los laicos fueron moviéndose desde la posición de auxiliares a la de plenos asociados a la misión.
Laicado marista
El finado Juan Pablo II tenía la convicción de que
El laicado marista no es sino una respuesta a esta pregunta. Reconocido más plenamente desde los años posteriores al Concilio, su fundamento descansa en la misión común y en la llamada profética que todos compartimos por el sacramento del bautismo. Pero esta vinculación va mucho más allá de la sola participación en el trabajo común; consiste en compartir la fe y el conjunto de valores comunes, centrados en el amor a Jesús y unidos en la experiencia colectiva de tener a Marcelino Champagnat que gana nuestros corazones y se adueña de nuestra imaginación.
Más aún, la estrecha asociación con los que comparten nuestra vida apostólica es una característica de la identidad marista, y damos así testimonio de que nuestra Iglesia puede tener una eclesiología de comunión. Ese testimonio es hoy más importante que nunca.
Con demasiada frecuencia en el pasado, las acciones de
A nadie tiene que sorprenderle esto. Como antes he dicho, entre los muchos dones que nos vinieron de la mano del Concilio uno era la constatación de que el carisma del fundador pertenece a
Si hemos de escuchar esas historias, oír esos relatos de fe, y llegar a apreciar con más plenitud las muchas experiencias de Marcelino y su espiritualidad que se dan alrededor de nosotros, será bueno que compartamos lo que tenemos en común y respetemos las diferencias que hay entre un hermano de Marcelino y un marista seglar.
Diferencias
Hay quien se siente incómodo cuando se habla de distinciones y teme que la palabra “diferencia” pueda llegar a significar más de lo que parece a primera vista y que nos lleve a establecer comparaciones. Y mantienen esta postura no sólo al referirse a los que son o no son laicos asociados sino también cuando se alude a la diferencia entre la vocación de un seglar y la de un hermano.
Pero negarse a ver las diferencias donde realmente las hay, nos priva de la naturaleza única y complementaria de ambas vocaciones, la del hermano y la del laico marista, y mina nuestra capacidad de comprender con claridad la identidad de cada uno.
Las diferencias existen y se ven en
La diversidad también se da en la vida religiosa. Y sin embargo nadie sostiene que los institutos cuyos miembros se dedican a la enseñanza sean mejores que los que orientan su apostolado al cuidado de los enfermos. Lo mismo vale cuando nos referimos a institutos religiosos de origen antiguo o moderno, mendicantes, contemplativos, apostólicos, clericales, laicales, o mixtos.
Al discutir sobre las semejanzas y diferencias que hay entre los Hermanos de Marcelino y los seglares maristas, es preciso que acojamos no sólo lo que compartimos en común, sino también las cosas en que diferimos.
Corresponsabilidad
Para impulsar el laicado marista hoy tenemos que ser hermanos entre nosotros y con los que participan en nuestra misión. Lo cual nos lleva a escucharnos y aprender los unos de los otros, compartir nuestra herencia espiritual y apostólica, y fomentar la actitud de cooperación.
Por lo tanto, cuando hablamos de “nuestros” apostolados , nos estamos refiriendo a una estrecha vinculación entre los hermanos de Marcelino y el laicado marista. Ya es hora de que demos un paso adelante, y en lugar de a invitar a los seglares a que nos ayuden en la tarea lleguemos por fin a considerarlos verdaderos corresponsables de ella.
No son pocas las Provincias en las que, en estos últimos años, algunos laicos, tanto hombres como mujeres, han asumido puestos de responsabilidad en ese trabajo. Nosotros los hermanos estamos llamados a prestarles nuestro apoyo mediante una formación marista, con el testimonio de nuestra vida religiosa, y con el impulso de nuestros valores apostólicos. Al acompañar a los laicos para sigan más plenamente su llamada personal en la vida, seremos más conscientes de la gracia de nuestra propia vocación como hermanos.
Planificación futura
Cada vez en mayor medida, nuestros compañeros en la escuela y en otros campos, los ex alumnos, los que fueron miembros comprometidos del Instituto durante un tiempo junto con sus familias, los hombres y mujeres que pertenecen al Movimiento Champagnat de
Hoy, sin embargo, podemos dar un paso más allá empezando a establecer redes entre los que llevan a cabo un apostolado marista. Ya se trate de la educación en un centro escolar, o el desarrollo de un plan de alfabetización entre marginados, o la labor con los niños de la calle, o la enseñanza del catecismo, o la participación en cualquier otra tarea marista, esa red proporcionaría a todos los que tienen esa vinculación un gran apoyo personal y espiritual.
La forma de estas redes maristas variará dependiendo de los lugares. Llegar a conseguir el modelo más adecuado exigirá amplia consulta, debate sincero y una cuidadosa toma de decisiones, pero estoy convencido de que la existencia de dicho modelo nos ayudará a contribuir con una peculiar aportación marista peculiarmente marista a la nueva evangelización de los jóvenes que ahora estamos emprendiendo.
Así que, pongámonos en pie y a caminar. No me imagino un tiempo mejor en la historia para vivir, ni una época más interesante en nuestra Iglesia que ésta. Tenemos que contemplar el mundo con la mirada de aquel sencillo cura de aldea y padre marista que fue nuestro Fundador. Mientras otros se preguntaban por qué las ideas innovadoras que ellos tenían no llegaban a realizarse, él en cambio soñaba y asumía todos los riesgos para llevar esos sueños a la vida. Que Dios os bendiga a todos. Y que María y Marcelino sean vuestros compañeros ahora y siempre
Seán D. Sammon, FMS